México vislumbra al Nearshoring como un modelo industrial que beneficiará su economía, gracias a la inversión extranjera, la generación de empleos, el desarrollo tecnológico y la creación de infraestructura. ¿Estará en lo correcto?

El Nearshoring es una estrategia de externalización por medio de la cual empresas extranjeras acercan parte de su producción al territorio de consumo, mudando sus fábricas a otros países. Las empresas extranjeras trasladan sus procesos empresariales, servicios y funciones con el principal objetivo de reducir costos.

Si el Nearshoring implica acercar la producción al territorio de consumo, entonces México es el sitio ideal para la inversión extranjera, porque su mayor territorio de consumo es Estados Unidos, con el que comparte una frontera de 3 mil 152 kilómetros. De hecho, el 80% de nuestra producción industrial se va a dicho país.

Los empresarios extranjeros podrían tomar en consideración ese importante factor, además del hecho de que México ha firmado tratados de libre comercio con los principales destinos del Nearshoring, como Canadá.

Con base en las proyecciones del Banco Interamericano de Desarrollo, el Nearshoring puede aumentar anualmente las exportaciones globales de América Latina y El Caribe a 78 millones de dólares, de los cuáles 35 mil 300 millones podrían estar destinados a México.

Economistas como Ernesto Revilla consideran que dicha relocalización ya está beneficiando a México, pero de manera acotada. Quizás es así por factores como los que Shannon K. O´Neil, vicepresidenta de Estudios del Consejo de Relaciones Exteriores en Estados Unidos, ha mencionado.

Durante el Encuentro Empresarial 2023 de Coparmex, la vicepresidenta indicó que en pleno auge del Nearshoring, inversionistas establecidos en países como Vietnam, Tailandia, Indonesia y Filipinas aún no conocen a México, razón por la cual no trasladan sus operaciones al país.

Shannon K. externó que en México no existe una promoción adecuada del comercio y que cuenta con escasa inversiones de naciones asiáticas. Recomendó a los empresarios crear alianzas con compañías que puedan escalar rápidamente.

Así como ella, analistas y expertos en comercio han considerado que el Nearshorig no generará un efecto positivo para la economía del país, porque todavía no existe una estrategia funcional para atraer la relocalización y eliminar las delimitaciones.

Ellos piensan que podría traer consigo un deterioro en el suministro de electricidad industrial y una inversión importante en la formación, debido a la demanda de trabajadores altamente capacitados. Además de que implicaría atentar contra lo dispuesto en el T-MEC y en las reglas de la OMC.

No obstante, es inevitable pensar en las evidencias de los beneficios que el Nearshoring ha llevado tanto a los países que trasladan su producción como a quienes la adoptan. De hecho, la Organización de las Naciones Unidos proyectó que la relocalización de cadenas globales de valor se acelerará a mediano plazo, sobre todo en productos de tecnología y en los servicios que tengan que ver con materia energética.

México tendrá que hacer un análisis profundo de la situación para determinar si realmente esto le traerá ventajas.